Cómo inició Hilos de Libertad
¿Cómo inició Hilos de Libertad?
Hilos de libertad nació de la curiosidad, pero también de mi sensibilidad ante la problemática de poblaciones vulnerables. Soy economista de profesión, creativa y amante de la moda, pero tenía claro que mi proyecto de vida debía impactar positivamente la sociedad. Este es un proyecto que busca apoyar a las mujeres en estado de reclusión a potenciar sus habilidades durante su proceso de reinserción, brindándoles herramientas que les den una labor y les permita volver a ingresar al mercado laboral tras cumplir su condena. Hago este proyecto pasión, respeto, y compromiso, pero muchas personas me preguntan, ¿cómo inició todo esto?
Para hablar del inicio de Hilos de Libertad, hay que remontarse a más de una década atrás, a los inicios de Diana Taborda. Después de un proyecto colaborativo con otra marca colombiana, conocí de los proyectos productivos que se desarrollaban dentro de los establecimientos carcelarios, esto me llevó a indagar e informarme más a fondo. Conocí mucho al respecto, desde la cantidad de mujeres y hombres en estado de reclusión que había por cada centro, los delitos que los llevaron a eso, las causas y sus consecuencias; sentí que debía estar allí para hacer una diferencia y aportar desde la moda a su proceso de resocialización, especialmente con las mujeres. Fue entonces cuando tomé la decisión de convertirlo en parte de mi proyecto.
No puedo mentir al decir que no tuve miedo, pero también la curiosidad me mataba. Quería conocerlas, saber de sus historias y potenciar sus habilidades. Me vi rodeada de mujeres llenas de talentos y con unas ganas inmensas por salir adelante. Recuerdo que la primera persona que conocí fue a Nelly, estaba con un grupo de compañeras tejiendo, ella era la monitora de ese grupo de artesanías. Empecé a visitarlas frecuentemente, y les llevaba material para crear y hacer laboratorios en conjunto; de este espacio salieron unos petos en telares de mostacillas y canutillos, con flecos, aún los recuerdo.
Poco a poco, y a lo largo de nuestro trabajo, me di cuenta que en ese momento me convertí en su puente al mundo exterior: yo les llevaba referencias, ideas, les mostraba las tendencias, y en conjunto hacíamos un equipazo. Para una persona en estado de reclusión los días son monótonos y todo lo que llega del exterior es bien recibido.
Pasé de los canutillos y mostacillas, a unos canastos tejidos en iraca que me hacían en Nariño, los intervenía con pintura dorada, cordones, trenzas, piedras y más. En esta nueva línea conocí a Amalia, ella era la monitora de confecciones, era quien le hacía las terminaciones de los forros y las cargaderas a los canastos, para finalmente convertirlos en unos bolsos playeros, toda una obra de arte.
Para el año 2014, hice un muy buen equipo de trabajo con la parte administrativa de la reclusión, nuestras metas ya eran más grandes y ambicionas, en conjunto teníamos el objetivo de dar visibilidad al proyecto e invitar a más marcas a apoyar la labor desde sus empresas. Con ese objetivo, participamos en una pasarela de Cali Exposhow en colaboración con la marca del Inpec “Libera Colombia”, que comercializa los productos elaborados por mano de obra reclusa del país.
Sacamos colecciones con intervención de mujeres en estado de reclusión por un periodo de 4 años, después nos retiramos del proyecto por motivos personales. Hoy, en pleno 2023, este proyecto vuelve a flote con mucha más fuerza. Los años de experiencia me han permitido crear unas bases para brindar a estas mujeres mejores herramientas, y juntas construir productos de la más alta calidad. Para marzo del presente año 2023, re iniciamos el proyecto “Hilos de Libertad” con más fuerza y más mujeres y todavía hay mucho por contar.